1. Nunca mires el teléfono mientras cruzas la calle
Regla número uno: si estás cruzando una calle en Londres, concéntrate. No importa si estás en medio de una conversación increíble en WhatsApp o buscando una lista de reproducción en Spotify. Si no miras, el autobús que pasa a un centímetro de ti te recordará quién manda.
2. Nunca hagas esperar a un taxi más de 30 segundos
El taxi en Londres es una ciencia exacta. Nunca te quedes desprevenido: cuando veas que el taxi se detiene, entra sin dudarlo. No se acepta el "solo quiero buscar otra opción", porque el taxi londinense podría informarte que hay una fila detrás de ti tan larga como el Támesis.
3. ¡No olvides saludar a todos con un "¿Qué tal?"!
Una sonrisa y un "¿Qué tal?" son más que un saludo, son una obligación social. Si no lo haces, corres el riesgo de parecer un alienígena que no ha entendido el idioma de Londres. Un simple "¿Qué tal?" puede abrirte las puertas de la ciudad y demostrar que ya eres parte de ella. De lo contrario, prepárate para recibir miradas curiosas.
4. Nunca subestimes el poder de un buen té
4. Nunca subestimes el poder de un buen té
Londres y el té son inseparables. No hay excusa para no tener un suministro de té inglés de calidad. Prepárate para recibir miradas desaprobatorias si, por casualidad, dices que prefieres un café. Cada rincón de la ciudad ofrece una variedad de tés que te hará preguntarte: "¿Por qué no he sido más a menudo bebedor de té?".
5. Nunca digas "pequeña" cuando hables del London Eye
La noria de Londres es todo menos pequeña. No cometas el error de llamarla una atracción "pequeña". El London Eye es un gigante que ofrece una vista impresionante. Y si la llamas "pequeña", prepárate para tener que explicar por qué se te ocurrió usar un adjetivo tan limitante.
